Leo sorprendida en el diario ABC que Jordi Sevilla ha cerrado su cuenta de Twitter tras ciertas desavenencias con el Alcalde de Jun.
Acudo a sus perfiles y esta es la conversación:
¿Pero qué les pasa a los políticos?
Una vez escucharon en la barra de un bar que Twitter era un patio y como no se enteran mucho, se han creído que era el del colegio y ahora como me enfado, ya no juego.
Ya comentamos en su día que los políticos necesitan un curso intensivo de Social Media porque, aunque tengan más de 40.000 seguidores en Twitter, aun no se han enterado de qué va esta plataforma.
Si es cierto lo que apunta el Alcalde de Jun, defiéndete como puedas e intenta aclarar la situación para tranquilidad de los españoles, pero si no es verdad ¿por qué abandonas y dices que cierras tu cuenta?
En 2012 ya tuvimos la oportunidad de vivir en directo la huída de José Antonio Monago,Presidente de la Comunidad de Extremadura, tan solo porque jugaba con su móvil a un juego y automáticamente la aplicación envió la puntuación a su cuenta de Twitter, al igual que le ocurrió unos días antes a Fátima Bañez.
¿Qué hay de grave en aguantar un chaparrón de los usuarios preguntando si el tiempo de trabajo lo dedica a jugar, o si el teléfono que usaba en ese momento era de la administración, pagado por todos los españoles?
Pasados unos días nadie se acuerda, todo pasa y se olvida, pero tu cuenta la has perdido y has demostrado que el dar la cara no es lo tuyo.
Al final la historia se dará la vuelta y cada vez que un político cierre su cuenta se acordarán de ti y te pondrán de ejemplo de cómo y por qué abandonaste la red social.
Es una pena que las personas que nos representan salgan corriendo a la menor de cambio, si esto es en una plataforma social ¿que podemos esperar en la vida real?
Confiamos en que recapacite y demuestre que realmente solo ha sido el subidón del momento y no el desconocimiento de un medio de comunicación que le guste o no, no está manipulado.
consultora@fatimamartinez.com
El modo folklórica despechada es patético.Sería mucho mejor defenderse si no es verdad o permanecer callado. La actitud de «me enfado y no respiro» lo único que consigue es retratarlos.
Muy buen análisis como siempre, Fátima!
Hay que saber aguantar las críticas y comportarse. Los errores pueden ocurrir y mejor argumentar o disculparse que cerrar la cuenta. Es un poco el «efecto avestruz»: desapareció a ver si se va el chaparrón.
Un abrazo!!!
[…] y, respetando que cada uno haga lo que quiera con sus redes, es cierto que estos comportamientos no dejan de sorprender al personal. Sobre todo, en este caso concreto, teniendo en cuenta dos cosas: la causa -una riña y encima con […]
Curiosa despedida teniendo en cuenta que no ha visto la viga en el ojo propio. Recuerdo que en la universidad, en historia, nos ponían como ejemplo las sesiones en el parlamento de políticos de finales del siglo XIX y primeros del XX, de cómo defendían sus posturas con educación siempre pero también con una capacidad oratoria impresionante. En vez de adelantar, hemos retrocedido. Ahora solo se dedican al «y tú más» o al como no tengo argumentos, cierro mi cuenta y así parece que los tengo… Pues no, no lo parece. Una lástima. Gracias, Fátima por tu post; oportuno como siempre.
[…] Volvamos a Twitter. La discusión de ayer terminó con la salida abrupta de Twitter de Sevilla. Otro político que abandona la red social. Ya opiné hace un tiempo de estas cosas y, respetando que cada uno haga lo que quiera con sus redes, es cierto que estos comportamientos no dejan de sorprender al personal. […]
[…] Volvamos a Twitter. La discusión de ayer terminó con la salida abrupta de Twitter de Sevilla. Otro político que abandona la red social. Ya opiné hace un tiempo de estas cosas y, respetando que cada uno haga lo que quiera con sus redes, es cierto que estos comportamientos no dejan de sorprender al personal. […]
Pues lo que les pasa, Fátima, es eso: que son políticos y, como tales, sus propósitos en las RRSS – que, como tú muy bien sabes, son notarios fieles e irreductibles de lo que en ellas se plasma – quedan tarde o temprano al descubierto….
Todos venimos a las redes a dejar algo de nuestro interior y con algún objetivo. Y cuando escribimos, esos fines dejan de ser íntimos para devenir públicos…..y ahí queda. Tú y yo sabemos que una de las redes más «fulminante» es Twitter: publicar tweets exige espontaneidad, capacidades de síntesis y reacción, y espíritu templado. Es fácil ceder al impulso – todos lo hacemos en nuestros 140 caracteres alguna vez – y las consecuencias de los contenidos ahí quedan indelebles….
Es una pena, pero ni es el primero ni será el último.
Un secreto que publico y dejo públicamente al descubierto: cada vez me gustan más tus posts, Fátima. Un afectuoso saludo.
Es una reacción que no ha medido bien, los nervios del momento sin ninguna duda 😉
Así es Luis, hay veces que un tuit despierta en nosotros la ira y nos dan ganas de enviar todo a la porra, pero antes de pulsar intro hay que pensar dos veces en las consecuencias.
Como habrás visto la cuenta no está cerrada, imagino que se lo pensó mejor antes de darla de baja.
Un abrazo y gracias!
El problema María, es que como en casi todas las profesiones, antes los políticos eran de raza y además imperaba la buena educación y el respeto entre los colectivos, ahora desgraciadamente en muchos casos ambas cosas se han perdido y políticos de raza hay muy pocos 😉 Gracias a ti María por tu aportación
Así es Pedro, la templanza es absolutamente necesario en ambos mundos, pero en el digital mucho más ya que queda escrito y aunque lo borre está capturado.
Estoy contigo hay que contar hasta cien antes de cometer un error del que después podemos arrepentirnos.
Muchas gracias por tu reflexión y por estar siempre ahí apoyando
Saludos
Si la mayor parte de los políticos entendieran el valor de la conversación, materia ésta que, a priori deberían dominar por los requerimientos de su oficio, hubieran tomado una actitud más positiva y abierta hacia las RRSS, ya que en ellas, no solo se encuentra su electorado que es finalmente quién decide las urnas sino su mensaje.
Por tanto su error no es solo de concepción sino de estrategia al desperdiciar una oportunidad para estar más cerca de ese electorado y sus inquietudes. Pero, ¿ qué interesa realmente a un político?. Esa es una cuestión que a los hechos y a la dinámica o estática de este país, según se vea, podemos encontrar algunas respuestas.
Un saludo Fátima (y a los que son tb. buenos políticos)
Creo Juan Antonio que no utilizan las RRSS para estar más cerca de su electorado, si no para tener un púlpito desde donde poder seguir impartiendo su doctrina. Por eso creo que falla estrepitósamente su entendimiento sobre el mundo 2.0 desde la base.
En cualquier caso, ha amenazado pero curiosamente no ha cerrado la cuenta. Desperdiciar miles de followers creo que le va a costar.
Saludos y muchas gracias
Efectivamente, tú lo has dicho: un púlpito donde lanzar el mensaje pero no una oportunidad para valorar la comunicación en su contexto más amplio.
¡ Buen día Fátima ¡
En realidad hay miedo, miedo a enfrentarse a lo que puede venir después de ciertas informaciones. Estar cuestionados por asuntos, que en otros tiempos no darían «vergüenza» por aquello de la bonanza económica, es algo que requiere grandes dosis de reflexión y valentía. Puede que en este caso Jordi Sevilla no tenga ganas de ninguna de las dos o de alguna de ellas.
Me ha gustado tu post Fátima.
Un beso
Tal y como están las cosas no es de extrañar que cuando salen este tipo de informaciones tiemblen, porque si alguien tira de la manta pueden salir muchas cosas que no están dispuestos a defender tienes toda la razón.
El problema Keka es que si estás en RRSS es para estar a las duras y a las maduras. Es muy fácil participar y buscar comunidad para que tu ego siga por las alturas y cuando vienen mal dadas desaparecer escondiendo la cabeza. En el fondo es triste esta reacción tan cobarde.
¡Muchas gracias!
Otro beso para ti
[…] Volvamos a Twitter. La discusión de ayer terminó con la salida abrupta de Twitter de Sevilla. Otro político que abandona la red social. Ya opiné hace un tiempo de estas cosas y, respetando que cada uno haga lo que quiera con sus redes, es cierto que estos comportamientos no dejan de sorprender al personal. […]
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