Este verano he tenido la suerte de poder disfrutar de un largo periodo de vacaciones, en el que ademas de descansar he podido reflexionar sobre algunos temas que poco a poco iré dejando en una serie de post relacionados con algunos aspectos de las mismas. Aqui os dejo el primero: 

Cuando regresamos de vacaciones, entre los hermanos tenemos la sana costumbre de llamarnos o mandarnos un mail con copia a todos, para saber que hemos llegado bien.

Esta vez, la bienvenida ha sido mas larga de lo habitual por parte de todos, pues el mayor de mis hermanos no solo nos  hablaba del fin del verano, sino que nos hacía una reflexión sobre algunas vivencias estivales y como está cambiando la sociedad española en cuanto a educación, usos y costumbres y lamentablemente, da igual haber pasado el verano en el norte, centro, sur, este u oeste del país , todos por un motivo u otro hemos presenciado escenas dantescas que se repiten para nuestra desgracia cada día con mayor asiduidad.

¿Quién no ha bajado a la playa y se ha encontrado a  niños incivilizados tirándose bolas de arena o jugando a las palas a tu lado, sin importar a quien puedan molestar? Esto ha pasado siempre me diréis y es cierto, pero lo que antes no pasaba y ahora si, es que los padres les miren desde la distancia divertidos y si protestas, lleven la mirada a otro lado o incluso te planten cara si les llamas la atención.

¿Como es posible que todas las noches, de lunes a domingo, un montón de chaval@s (algunos de ellos no tienen ni 14 años), hagan un botellón por  poner un ejemplo en «la rotonda» ( que no es mas que eso, una rotonda de una urbanización pegada a la playa), hasta la madrugada impidiendo el descanso de los vecinos que han pagado un dineral por comprar o alquilar sus apartamentos? Incluso duermen la borrachera en sitios improvisados y al amanecer, las niñas vuelven a casa descalzas (no aguantan mas los taconazos) y a medio vestir y aquí no pasa nada… los mismos niñ@s vuelven al día siguiente cargados de bolsas con alcohol que nadie sabe quien les ha vendido, para volver a empezar. Papá y mamá están tranquilos, los niños no dan la lata

Pero lo peor aun está por llegar. Cuando a las 8 de la mañana te pones las deportivas para ir a hacer un poco de ejercicio por la playa, una legión de barrenderos se afanan en recoger los cristales, vasos, plásticos y demás porquerías, que los dulces chavales han ido esparciendo en todo el radio periférico por donde han pasado.

¿Y que pasa con los adultos y el respetar las señales de tráfico y los carriles bici? Ayer me comentaba un amigo en Twitter @j4vl que todos pedimos nuestros derechos como peatones, pero los olvidamos cuando cogemos el volante. Esta afirmación no deja de ser cierta, pero hay normas básicas de educación que inciden directamente en el desmadre que se organiza. Los peatones pasean tranquilamente por los carriles bici, impidiendo que los ciclistas puedan ir con la debida seguridad. Lamentablemente presenciamos un accidente que al ciclista le costó caro, eso si todo el mundo se echó las manos a la cabeza cuando le vieron tendido en el suelo en plena reanimación . Cuando pides paso, muchos se apartan y piden disculpas, pero muchos otros encima protestan y te increpan, ¡ será posible! si tienen su acera para pasear, ¿por que invaden los carriles bici??  

¿Cuantos coches habéis encontrado en carretera o ya en el sitio de vacaciones que no respetan las lineas continuas en sus adelantamientos, los pasos de cebra, los ceda el paso o incluso los stop? Es un milagro que no se produzcan muchos mas accidentes.

Y por último (aunque podríamos seguir enumerando situaciones) hay que observar la jerga, muchas veces a voces de pequeños y mayores en las horas de la siesta o por la noche, sin pensar que al de arriba o al de abajo le pueda molestar. Esto es solo cuestión de civismo y educación y desgraciadamente cada día está mas escasa.

No me refiero a una clase social en particular, en todas partes cuecen habas, cada uno en su estilo.    

Por todo esto me pregunto ¿ cuando aprenderemos a respetar a los demás ?

  • Ojala el respeto por todo empiece con uno mismo,y que dejemos a nuestros descendientes un lugar mejor donde vivir,pero para eso, debemos dar a la palabra «respeto»su verdadero significado

  • Pues estoy de acuerdo con Gregorio, el respeto empieza por nosotros, por nuestro cuerpo, por nuestra mente, por nuestra propia integridad.
    Os diré que (por diversas razones) he tenido que visitar unas cuantas veces las urgencias del hospital este verano, he visto solidaridad, amabilidad, cotesía, ánimo, apoyo …. dado por gente joven con piercing, tatuajes, pelos de colores …. solo que todo esto es muy discreto, si no te fijas bien …. apenas lo percibes.

  • Fátima…

    Suscribo cada una de tus palabras querida amiga. Recuerdo que en E.G.B. nuestros maestros eran tratados de «Don», nuestros mayores de «Vd»… Recuerdo que no invadiamos la vía pública dejando desechos, que no utilizabamos palabras malsonantes, que los peatones circulabamos por la derecha de las aceras cediendo el paso, que dejabamos nuestros sitio a las personas mayores en el autobús… recuerdo tantas y tantas cosas, que sólo de ver hacía donde va encaminada nuestra sociedad me echo a temblar. Esta juventud será el futuro…, afortunadamente aún quedan jóvenes y padres responsables.

    Besos

  • El respeto es una necesidad cuando se quiere convivir con alguien.

    Hay una iniciativa para que todos los blogs que quieran escriban sobre convivencia el próximo 8 de octubre:
    Convivencia es el objetivo

    A lo mejor tenemos que redefinir el marco de convivencia. Hemos abandonado como sociedad el que había pero no hemos creado uno nuevo. Los aspectos formales del respeto a los demás pueden variar con el tiempo aunque en la esencia es inmutable, y se basa en pensar en el otro antes que en uno mismo.

  • Buenos dias José María:
    Efectivamente tengo el compromiso de escribir un post sobre Convivencia el próximo dia 8 de octubre, por eso no quise ahondar mas en el tema.
    La normas de convivencia es lo primero que deberíamos enseñar a nuestro menores y desgraciadamente, en los últimos años creo que a muchos padres se les ha olvidado que han de hacerlo, confundiendo la libertad con el libertinaje. Enfin hablaremos largo y tendido sobre el tema en octubre.
    Muchas gracias por pasarte por aquí y dejar tu comentario.

  • Hola Felix:
    Recuerdo perfectamente esos años que describes, donde no solo en el colegio sino también en casa nos marcaban las reglas de urbanidad. Dejábamos el asiento a las personas mayores (que no viejos), a las embarazadas, a los impedidos… hay que darse una vuelta ahora por los autobuses y metros y observar lo que ocurre.
    Tanta psicología aplicada y tanto conversar de tu a tu nos ha llevado a ver en la TV programas como Hermano Mayor o Super Nany que no dejan de ponerme los pelos de punta.
    Gracias a Dios no podemos generalizar, hay muchos padres concienciados que educan a sus hijos en el respeto a los demás, como lo hicieron con ellos y esa es la única manera de no perder una sociedad civilizada.
    Muchas gracias y encantada de verte por aqui

  • Buenos dias Juana:
    Totalmente de acuerdo contigo. El respeto a los demás empieza por respetarse a uno mismo y hay veces que no puedes pedir mucho cuando ves lo que ves.
    Creo que en la situación que describes todos nos sentimos mucho mas humanos y el dolor es lo que mas une a los seres humanos, siempre que he pisado un hospital (y he pasado varias veces por ellos) he encontrado a mi lado amistad, humanidad y cariño, pero insisto en situaciones reales desgraciadamente encontramos algunas grandes deficiencias.
    En cuanto a la apariencia creo que lo he dejado claro, nada tiene que ver la condición social ni el aspecto físico, de todo hay en la viña del señor y la mala educación no distingue entre clases.
    Un beso y muchas gracias por tu comentario. Me alegro que todo haya pasado ya y estéis bien

  • Hola Gregorio:

    Gracias por abrir los comentarios del post.
    El respeto a uno mismo y a los demás está intimamente ligado a la educación y no me refiero solo a los colegios sino fundamentalmente en las familias.
    Los responsables son los padres y en los últimos años muchos han descuidado este punto, empezando por el ejemplo que dan con sus manera y actitudes a sus retoños.
    Afortunadamente hay muchos padres y colegios que trabajan dia a dia para que sus hijos no se conviertan en unos vándalos.
    Un abrazo

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