Parece que una de las últimas modas que poco a poco se van imponiendo, es la llamada #desconexión, pero como casi todo lo que está de moda no es nada nuevo, ni es el invento de un iluminado por mucho que nos quieran hacer creer lo contrario.
Llevamos años dándonos un toque de atención a nosotros mismos, porque somos conscientes que el uso de las nuevas tecnologías mal enfocado, puede hacer quebrar relaciones personales, relaciones con los hijos, relaciones de amistad e incluso relaciones laborales.
Como en todo en esta vida, la mesura y el control es lo que nos hace poder disfrutar de las cosas, obtener beneficios personales y profesionales y sacar lo mejor de nosotros mismos, pero si no lo controlamos, se puede volver en nuestras contra, convirtiéndose en una adicción que terminará por hacernos daño.
Ayer, viendo esta charla de TED Talks, impartida por  Robert Waldinger (donde nos ofrecen los resultados de un estudio que se lleva a cabo desde hace 75 años sobre la verdadera felicidad del ser humano), pensaba que las conclusiones son de puro sentido común, pero parece que tienen que venir los científicos a decírnoslo, para que terminemos de darnos cuenta de una vez por todas, que la buena vida se construye con buenas relaciones personales y eso no implica tener un millón de amigos, como diría Roberto Carlos, sino cuidar de verdad nuestro entorno más cercano: pareja, hijos, padres, hermanos, amigos y por supuesto a nuestras amistades, pero las de verdad.

Preguntando a los milenials la gran mayoría asocia la felicidad a ser rico, otros tantos a tener poder, pero pocos hacen incidencia a vivir rodeado de personas a las que quieres y que te quieren.
Lo mejor del estudio es comprobar cómo los individuos de mayor edad que están más sanos y más felices, han tenido durante estos 75 años que ha durado el estudio, una relación estable, han fomentado sus relaciones personales y han compartido con ellos sus penas y alegrías. En definitiva se han sentido amados, útiles, necesarios.
Si algo revela el uso abusivo de las nuevas tecnologías, los móviles y las redes sociales, es que algunos usuarios se sienten solos y las utilizan para llenar ese vacío sintiéndose rodeados por otros usuarios. Otros en cambio perciben que la vida se les escapa detrás de una pantalla y se rebelan.

Imagen: The App Date

Imagen: Estudio uso del móvil The App Date


Por ello parece que ahora aparece una nueva tribu urbana que abandona las redes sociales y pasan de estar hiperconectados. Hasta Nokia volverá a lanzar su móvil 3310 en el MWC de Barcelona para que volvamos a utilizar el dispositivo solo para llamar.
El éxito, bajo mi punto de vista no consiste en aislarse de la nuevas tecnologías, sino aprender a utilizarlas con lógica y con cabeza. Dedicar el tiempo justo para;

  • Conocer nuevas personas (si algo tengo que agradecer a las diferentes plataformas es haberme descubierto a profesionales que hubiera sido muy complicado conocer de otra forma)
  • Informarnos, aprender y avanzar
  • Compartir y ayudar

Pero siempre gestionando bien nuestro tiempo en la red que sabemos es complicado, pero si te lo propones se consigue.
Huir de:

  • Consultar todas nuestras redes nada más levantarnos.
  • Utilizar el móvil mientras comemos, cenamos… si estamos acompañados
  • Fiscalizar a nuestra pareja. Se conecta, no se conecta, habla con…
  • Grupos de WhatsApp de padres de colegio, antiguos alumnos, antiguos compañeros de trabajo… y todos aquellos grupos donde exista un número elevado de usuarios. Muchas veces las conversaciones se convierten en banalidades y nos hacen perder mucho tiempo.
  • Esperar respuesta inmediata y si no nos responde al minuto enfadarnos ¿Cuántas veces surge la disputa cuando hemos enviado un mensaje, nuestro interlocutor nos responde, pero vemos que  se han conectado?
  • Adicción a los «Me gusta». Cada día encontramos más usuarios que se han hecho adictos a recibir Me gusta de sus comunidades, hasta el punto de frustrarse si no consiguen la cantidad que esperaban.
  • Preocuparnos por el ratio de seguidores y seguidos. Últimamente los usuarios sobre todo de Twitter e Instagram han decidido dejar de seguir a todos sus contactos y quedarse con tan solo un puñado de amigos ¿De verdad que así demostramos lo importantes y «gurús» que somos? Esto no significa que sigamos a todo el mundo, sino que aprendamos a seleccionar bien a quién seguimos.

Usar más:

  • Las relaciones presenciales. Parece que las redes nos alejan de nuestro entorno más cercano y de ahí la frase «las redes sociales nos acercan a los que están lejos y nos alejan de los que están cerca» Practiquemos más lo de «quedar para vernos» y menos lo de «quedar bien» poniendo un comentario en todos los muros de nuestros contactos para que piensen que nos preocupamos mucho por ellos.
  • Las llamadas telefónicas. Cuando nos comunicamos a través de aplicaciones de mensajería pueden surgir malos entendidos entre lo que queremos decir y lo que la otra persona percibe en nuestros mensajes. Una llamada a tiempo puede solucionar muchos problemas. Este corto refleja la realidad de muchas conversaciones por WhatsApp.

Las empresas de tecnología temen que los usuarios terminen hastiados y hasta Apple hace una oda a la anti-desconexión con su nueva función «theatre mode»
Quedarse al margen de la evolución es quedarnos fuera de juego, pero para que todo vaya bien es necesario que sea en su justa medida y que no se nos olvide: tenemos que cuidar a los que nos rodean, la buena vida se construye con buenas relaciones personales.