Muchos profesionales especialistas en la materia, hablamos habitualmente de cómo construir nuestra marca personal  y cómo utilizar las herramientas que tenemos a nuestra disposición para realizar un mejor uso de ellas.
Pero hoy no vamos a hablar de blogs, ni de redes, ni de canales que nos ayuden a tener mayor visibilidad de esa marca que queremos posicionar en digital,  si no de los gestos y actitudes que mantenemos en nuestra vida cotidiana, ya que sin darnos cuenta,  estamos emitiendo señales de nosotros mismos que los demás perciben como si se tratara de un libro abierto y aunque nos parezca una nimiedad,  van a influir directamente en la opinión que se llevará alguien que nos acaba de conocer.
lenguaje corportal marca personal
¿No os ha pasado alguna vez que sin conocer bien a una persona, cuando nos preguntan pensamos para nuestros adentros «pues me dio la sensación de blandito»,  o «no le conozco mucho, pero mejor tened cuidado porque parece conflictivo/a»?
Hay un tema que personalmente me llama mucho la atención y es la primera impresión.
Pero no solo la primera impresión física sobre cómo vamos vestidos, o si hoy hemos pasado o no por la peluquería, ni si nuestro traje es más o menos apropiado para el lugar donde nos hemos encontrado.
La primera impresión pasa también por los saludos, por el cómo nos presentamos y cómo nos comportamos ante un grupo de personas en su mayoría desconocidas.
Poco a poco la costumbre de dar la mano se está perdiendo, fundamentalmente entre sexos opuestos, por tanto lo más habitual suele ser que al presentarnos,  nos demos un beso en la mejilla mientras cruzamos un «encantado», «mucho gusto» … pero en muchas ocasiones, sobre todo cuando se trata de reuniones formales (fundamentalmente de trabajo),  lo correcto es estrechar las manos.
estrechar manos
 
Y aquí viene la primera cuestión ¿Qué opinamos cuando la persona a la que saludamos nos tiende una mano flácida, sudorosa y fría?

  • Nuestro cerebro percibe debilidad, pasividad, carácter blando… en una palabra nos están emitiendo en un mensaje subliminal que le falta «punch».

¿Y si quién nos saluda nos aprieta la mano firmemente?

  • Nos trasmite carácter, emocionalidad, fuerza y valentía

Los expertos en Inteligencia Emocional van más allá y nos hablan de la importancia de la situación de nuestras manos, es decir:

  • Si al presentar nuestra mano para saludar, la posicionamos por encima de la nuestro interlocutor denotaremos agresividad
  • Por debajo de la suya, sumisión
  •  Si  es de tú a tu entre iguales, las manos permanecerán paralelas, al mismo nivel.

Esto aún es más chocante en el caso de que el saludo se produzca entre dos mujeres.
Algunas mujeres,  sobre todo con cargos ejecutivos (que asumen el papel de hombre para hacerse respetar en su organización),  suelen tender siempre la mano no solo a los hombres, si no también a otra mujer, nunca provocan un encuentro más cercano (los besos no forman parte de su comunicación corporal en el ámbito profesional). Marcan la distancia desde el primer momento y la lectura de esta actitud denota

  • Genio
  • Fuerza de carácter
  • Y también cierta prepotencia si mantiene la mano firme.

Si por el contrario es un mínimo acercamiento casi con tres dedos,  como si tuvieran miedo, mostrarán que el gesto es tan solo es una pose y en el fondo lo que esconden es cierta inseguridad y nerviosismo.
Por lo que respecta a la luz roja de persona conflictiva, es fácil detectarlo cuando en una primera reunión, donde se conoce poco a los interlocutores, algún asistente se dedica a criticar a terceros no presentes, habla más alto de lo normal, interrumpe a los demás, o «da siempre la nota». Esto suele ser común  en eventos, presentaciones de productos o reuniones presenciales de un colectivo concreto,  pero atención,  también se percibe en nuestras comunicaciones diarias en medios digitales.
Posiblemente estas personas sean muy profesionales en sus trabajos, no hay por qué dudarlo a priori,  pero la imagen que proyectan para quienes no les conocen es de pesadez, protagonismo exarcerbado o conflictividad,  dependiendo del comportamiento descrito.
Por tanto atendamos a esos gestos, palabras y comportamientos que emitimos cada día en nuestro entorno. Muchas veces sin darnos cuenta estamos proyectando señales que harán tomar decisiones a los demás quizás equivocadas, pero que pueden dejarnos fuera de un posible trabajo, una invitación especial o simplemente marcar nuestra imagen negativamente dañando nuestra reputación.
Como dijo Oscar Wilde «No hay una segunda oportunidad para una primera buena impresión»
¿Te has parado a pensar cómo te presentas y lo que tus gestos y palabras dicen de ti ?
 

  • Excelente post Fátima. Ya había oído algo sobre esto pero gracias a tu post se me aclaran las dudas. Yo siempre intento dar la mano al mismo nivel que la otra persona pero me he visto envuelto varias veces en situaciones donde casi tengo que agarrar yo la mano a la otra persona, o en donde alguien me ha dado la mano por encima de la mía y viceversa. ¿Habría que analizar también el momento en el que se encuentre dicha persona? me pregunto. Un saludo y un placer como siempre.

  • Buenos días Xabi
    Muchas gracias!
    Es muy posible que cambiemos nuestros hábitos y gestos dependiendo de nuestro estado de ánimo. Si te fijas cuando estamos contentos y seguros de nosotros mismos estamos más estirados, como si quisiéramos mostrarnos y expandir nuestra alegría y seguridad, en cambio cuando estamos tristes o pesarosos tendemos a encogernos. El gesto de dar la mano es inconsciente, no pensamos si la damos por encima, por debajo o de lado, creo que es algo automático pero lo analizaremos en futuras ocasiones para sacar conclusiones 😉 Saludos y gracias

  • {"email":"Email address invalid","url":"Website address invalid","required":"Required field missing"}
    >