Curiosamente yo vivo en Madrid, pero cuando te dan la oportunidad de visitar la ciudad con un guía,  te das cuenta que realmente desconoces muchísimos rincones y sobre todo parte de la interesante historia del centro de la ciudad.

Descubrí la casa y la tumba de Miguel de Cervantes, pisé por primera vez (da vergüenza decirlo) el magnífico edificio CaixaForum, nos hicimos fotos delante del Real Jardín Botánico y recorrimos el Museo del Prado que próximamente mostrará la exposición del Último Rafael, paseamos por el barrio de las letras, la calle Hortaleza,  llamada así porque en tiempos, era la calle de uno de los barrios más humildes de Madrid, calle de meretrices,  que bajaba a las huertas del Paseo de Recoletos.

Volver a la Plaza de Santa Ana, donde se encuentra el antiguo Hotel Reina Victoria, ahora remodelado por la cadena Melia, donde celebré mi comunión, supuso un viaje entrañable al pasado. Lástima no poder hacer una parada para poder visitar su magnífica terraza.

Si nos fijamos en el suelo de la calle Huertas. se pueden observar sonetos de ilustres escritores. Quizás los haya pisado mil veces pero  nunca me había detenido a leerlos.

Visitamos Tabernas que datan de 1800, como Casa Alberto, nos contaron la historia de la Estación de Atocha inaugurada en 1851, pero que tras un gran incendio tuvo que ser reconstruida en 1888. La última  remodelación concluyó en 1992 con motivo de la Expo de Sevilla,  donde se incluyó  un jardín tropical interior y  un «jardín de columnas» como si troncos de palmeras formaran el parking .

Ministerios que han cambiado sus funciones y que antaño eran la puerta de Madrid , la Cuesta de Moyano por el que tantas veces pasee los domingos de niña con mi padre para comprar libros, pasear por la Rosaleda y después tomar el aperitivo en el Retiro  … en fin que recordé y redescubrí una preciosa ciudad que por las prisas,  los madrileños raras veces disfrutamos.

Terminamos la visita comiendo en un sitio espectacular «Estado Puro» de Paco Roncero un gastro bar en el mismo Paseo del Prado,  cuyos techos están decorados con peinetas, es una taberna pero con un estilo muy moderno. El restaurante está  muy cerca de la estación de Atocha y pudimos degustar yo diría que la carta completa.

Imposible describir tantas tapas de siempre,  pero con el sabor actual.

Desde una tortilla deconstruida que hay que comer con cuchara, hasta patatas bravas, croquetas de jamón ibérico, anchoas del cantábrico, mejillones, boquerones …por no hablar de los postres que compartí con Fidel @fidelmartin y que, si no llega a ser porque teníamos que salir corriendo para coger el tren con destino a nuestra segunda parada, Valladolid, creo que me los hubiera comido todos.

Como han abierto un nuevo local de «Estado Puro» en la Plaza de Cánovas del Castillo, lugar bastante cercano a esta primera Taberna, han puesto en marcha una curiosa campaña de marketing, en la que te retan a trasladarte lo antes posible de un local al otro. Dependiendo del tiempo que tardes en llegar,  te invitan a una u otra ración y si tardas mucho solo a una cerveza.

Casi con la servilleta en la mano y a la carrera salimos desde Atocha a Chamartín para tomar el primer AVE con el que empezaríamos un  viaje que nos deparaba un montón de sorpresas.

Llegamos  a la estación sin aliento,  justo en el último minuto antes de cerrar las puertas y en ese mismo momento fui consciente que mi maleta era demasiado grande y pesada para realizar todo este recorrido, menos mal que el resto de bloggers Javier @javiersanz, Manuel @manuelbustabad, Pablo @turismo_online y Fidel @fidelmartin, demostraron su caballerosidad en cada instante y los pobres cargaron con mi maleta durante todo el recorrido. Fueron bautizados como los sherpas.

Una vez en el tren respiramos, ya estábamos en camino para nuestro siguiente destino:   Valladolid 

  • Me has hecho recordar que en cierta ocasión un grupo de amigos (cuatro parejas) decidimos programar una visita a Madrid con la misma técnica con la que habíamos viajado a Viena, a Praga, … Un puente de San Isidro nos citamos en Madrid, nos alojamos en un hotel y seguimos un programa de los más típicos de una guía de turismo, corrida de toros y tablado flamenco incluidos. No nos separamos un ápice de lo que habría hecho cualquier turista entusiasta. Guardo unos gratísimos recuerdos de tan curiosa experiencia. Y la sensación de que en aquellos casi tres días conocí más Madrid que en cuarenta años.
    Todos coincidimos en que Madrid estaba a la altura de las mejores ciudades turísticas de Europa, con la ventaja del idioma y de un contraste formidable entre puntos de interés (desde el Café de Chinitas al Museo del Prado) que la hacen una opción turística especial.
    Me alegro muchísimo que hayas tenido ocasión de una aproximación a este tipo de experiencias que raramente se nos presenta.
    Madrid, Madrid, Madrid …

  • La verdad Carlos es que muchas veces hemos estado tentados de coger el Bus Turístico de Madrid para hacer el recorrido de la ciudad, pero por unas cosas u otras finalmente nunca llegamos a realizar la ruta.
    Es la segunda vez que tengo oportunidad de ver una parte de Madrid con guía y la verdad es que en ambas ocasiones he descubierto nuevos rincones y he aprendido un poquito más sobre su historia.
    Creo que seguiré tu ejemplo y haremos el recorrido de todo lo que nos quedó por ver, que no es poco.
    Los españoles y en especial los madrileños deberíamos aprender a estar orgullosos de nuestra ciudad como lo están el resto de ciudadanos europeos de las suyas. Muchas gracias!!

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