Quien me iba a decir,  cuando pasaba por la secretaría del CENP (Primera Escuela de Publicidad y RRPP de España),  para recoger mi título de Publicidad, que volvería 30 años después invitada al Acto de Clausura del Curso Académico,  nominada para el Premio Valle de Suchil, que valora y reconoce la   trayectoria profesional.

Desde que recibí el email de José Ferrón,  donde indicaba que mi curriculum había sido seleccionado como finalista,  no daba crédito.

Son miles los estudiantes que por allí hemos pasado durante todos estos años y no solo de Publicidad,  si no de otras carreras que también competían por el Premio.

La cita era el viernes día 18 de mayo a las 18.00 h y coincidía con un curso que estoy impartiendo por las tardes, por lo que avisé a la organización del centro que posiblemente no podría asistir al evento.

Tras la insistencia de los organizadores para que acudiera,  pude cambiar con otro profesor la clase de la tarde y como siempre junto a Vicente (ya sabéis que es mi gran apoyo incondicional) acudimos al Acto.

Cuando uno piensa que hay posibilidades de ser el premiado, pasas días con los preparativos de ropa, zapatos, peluquería… todo perfecto por si acaso y «para salir bien en la foto», pero en mi caso la verdad es que en ningún momento pasó por mi cabeza que esto pudiera suceder, por lo que no había pensado en todos estos detalles más de lo habitual que cualquier otro día para salir de casa.

No es un problema de confianza en uno mismo,  si no que los CV de los finalistas eran extraordinarios y además  Francisco Martín Albores (otro de los nominados) había quedado segundo en la edición del año anterior, por lo que pensé que tendría más posibilidades de obtener el galardón.

Tras las presentaciones iniciales y las conferencias de apertura,  pudimos escuchar a Carlos Pereda Mendoza, Presidente del Club de Marketing, Comunicación y Ventas que fue el ganador de la Primera Edición en 2011 del Premio Valle de Suchil.

El discurso de Carlos fue conmovedor, haciéndonos viajar a todos al pasado, recordando cuando pasamos por allí nuestros mejores años de estudiantes y transmitió a los chavales que se graduaban ayer , la necesidad de continuar con su formación, de no decaer, de ver la botella medio llena,  porque no hay que pensar en la cifra de 5 mm de parados si no focalizarse en que hay más de 22,5 mm de trabajadores activos,  señaló la importancia de aprender idiomas para afrontar el mundo que vivimos y no descartar la posibilidad de viajar fuera de España para enriquecerse de experiencias.

Y llegó el gran momento, anunciaban la hora de dar el nombre del ganador del Premio.

Sentada en primera fila junto a mis compañeros,  me entretenía twitteando el acto, pues quien me conozca sabe que intento compartir los  temas más relevantes de los eventos a los que asisto.

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«Fátima Martínez López»… en la pantalla, en la megafonía… y mi móvil al suelo del susto.

Sonaban los aplausos y pensaba que no iban conmigo, era un sueño, no era real… un auditorio lleno de chavales que ese día terminaban sus carreras, sus familias, el claustro que se había reunido para decidir quién era el candidato más apropiado, profesores, nominados… eco en mi oídos.

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Y sin saber bien que hacer,  me levanté y me encaminé hacia la escalera para subir al escenario… «por ahí no,  por el otro lado»  «aggg que nervios, no se si voy a ser capaz de subir sin tropezar»… (algo parecido deben sentir los actores ante un gran premio) y D. Francisco Javier Carreño Cima el Director General, puesto en pie, con la estatuilla en la mano se me acercaba para entregármela con unas cariñosas palabras.

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No sentí nervios, sentí emoción, una emoción inexplicable y contenida, porque dentro de ti todo se remueve…

Imposible articular palabra, solo dar las gracias,  porque aunque estamos acostumbrados a impartir ponencias y cursos donde habitualmente nos vamos moviendo cada día con mayor soltura,  en ese momento sentí como si fuera la primera vez.

Se mueven recuerdos, es media vida,  experiencias vividas, trabajos en una y otra empresa en los que hemos dejado parte de nosotros… durante 30 años.

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Y una reconversión, esa que me hizo entrar de lleno en el apasionante mundo del Social Media y que me hace feliz cada día, desde hace ya unos cuantos años.

Una vez pasado el susto inicial, cuando nos llamaron para darnos los diplomas adicionales, ya pude dirigirme a los asistentes para intentar trasladar que con trabajo, esfuerzo,  ilusión, pasión,  energía positiva y rodeándose de buenos profesionales y amigos todo se puede, este es el mejor ROI de una carrera profesional sin duda alguna.

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Lo mejor de esta experiencia no solo ha sido recibir este magnífico Premio, si no el cariño y las felicitaciones de un montón de personas con los que hoy lo comparto por derecho propio:  familia, amigas del colegio, de la carrera,  del trabajo,  de varios medios de comunicación en los que he trabajado , amigos que he conocido en Twitter, en Facebook … esto si es integración Off/On,  decenas de llamadas de felicitación, cientos de me gusta y comentarios en Facebook y Twitter, bloqueo de WhatsApp…

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Bueno, sin palabras… solo una par de ellas me quedan dentro para el CENP y para todos vosotros ¡MUCHISIMAS GRACIAS!

Premio Valle de Suchil 2012