Tengo un buen amigo que se ha quedado en paro (bueno otro amigo mas mejor dicho) que no lo está pasando muy bien.

Muchos años a sus espaldas en la misma empresa, dejándose horas personales, discusiones con su mujer, «hijos desatendidos»  y horas de sueño, para recibir el mejor premio a sus desvelos: la carta de despido.

Desgraciadamente en los dos últimos años, esa lista anónima de casi 5 millones de parados se ha ido engrosando de grandes profesionales, que su única culpa ha sido cumplir años dentro de sus empresas.

Las empresas por mucho que lo olvidemos cuando trabajamos en ellas, no tienen alma.

Simplemente nos pagan por nuestros servicios.

Nadie nos pide que alarguemos nuestras jornadas de trabajo (al menos conscientemente), pero si eres un buen profesional, responsable, involucrado con tu trabajo no lo piensas, trabajas el tiempo necesario para que las cosas salgan adelante.

Le conozco bien y así ha sido durante muchos años. Fiel cumplidor y comprometido con su compañía

Pero lo mas duro para el, es ver como se le ha sustituido. Le duele la persona que ha ocupado su puesto porque no le considera digno del mismo . Es una persona joven, inquieta, ambiciosa y con pocos  principios pero tiene dos cosas a su favor, lo primero es joven y lo segundo se sabe vender bien, requisitos indispensables en los tiempos que nos ha tocado vivir.

Ayer, conversando con él,  le comentaba los pasos a seguir para no sufrir mas de lo necesario y que pueda salir de la situación lo antes posible:

  1. No mirar atrás. Lo que fue pertenece al pasado y no se puede cambiar.
  2. La situación de paro tiene una curva en el estado anímico que sin duda hay que pasar

Primera fase: la culpa la tienen los demás

  • Odio a la persona que produjo el despedido
  • Odio a la persona sustituta

Segunda fase.   Pensamiento auto inculpatorio

  • Fuí  el único responsable de mi despido, no sirvo para nada –> depresión
  • ¿que hice mal?

Tercera fase. Reconocimiento

  • Da igual quien tuviera la culpa. Esta es la realidad y hay que afrontarla

A partir de esta tercera premisa en la que ya estará preparado,  mi recomendación:

  1. Observar alrededor para ver que estaba ocurriendo fuera y se ha perdido
  2. Hacer un análisis interior para valorar de verdad como es y cuales son sus defectos y carencias
  3. Aprendizaje y puesta al día:  Cursos, seminarios… en una palabra reciclaje
  4. Poner en valor sus habilidades, conocimientos y experiencia.
  5. Una vez la mente esté «limpia»  estará en disposición de pasar a la búsqueda activa

Espero que estos consejos le hayan servido, porque pase lo que pase en nuestras vidas hay que levantarse y  lo más importante es Seguir hacia delante

  • Ains, con la de cositas que se aprenden en primera persona… puede que lo más importante sea poder dejar de lamerse las heridas y mirar con altura de miras el hacia dónde se puede volvera reenfocar

    Bien es cierto que en la práctica, la situación está hecha un desastre, pero como diría mi amiga Fátima, de todo se sale, y más sabiendo que a uno que yo me sé, no le volvemos a ver el pelo, al menos a los mandos de nuestra economía y estabilidad laboral

    Gracias por compartir con nosotros tu post

  • Buenas noches Cuco
    Los que ya hemos pasado por la experiencia y la hemos superado lo vemos ahora fácil, pero entiendo que cuando te toca por muy preparado que creas estar es duro.
    Eso si, lo digo y lo repito, de todo se sale y además reforzado. Creo que se abren ante nosotros nuevas oportunidades, no se abren ventanas si no puertas y vivir a situación nos enseña mucho de nosotros mismos.
    La superación, el volver a empezar, el volver a destacar son metas que nos ayudarán a salir del momento y volver a construir, recordando del pasado tan solo lo mejor.
    Un abrazo y gracias!!

  • Cuando sustituimos las estadísticas del paro por los ojos y la voz de alguno de los nuestros afectado por la epidemia tomamos el verdadero pulso del desastre. Como bien dices la empresa paga servicios profesionales y carece de alma. Pero el profesional no puede (ni creo que deba) prescindir de poner alma en su trabajo. Por eso, cuando la empresa rompe la relación, a la dificultad material se le añade al profesional un desconcierto y desánimo formidables: la empresa rompe un contrato, el profesional, con el contrato roto, sufre adicionalmente una rotura en el alma.
    Me temo que la relación se establece en esos términos y hay que tomarlo como un dato. No concibo que un buen profesional se pueda permitir cumplir estrictamente su fría obligación laboral o mercantil y ya está. Y no me creo que la empresa se plantee en la relación algo que vaya más allá de lo que dictan las leyes del mercado.
    Al horror de la pérdida de trabajo se añade el dolor hondo de no sentirse querido en términos semejantes a los que nos llevaron a volcar nuestros sentimientos y emociones en el trabajo (que nos han justificado pérdidas de vida familiar y personal).
    Creo, enfin, que a la pérdida de trabajo se añade un duelo. Y, como cualquier duelo, se precisa un tiempo para pasarlo. Creo que la actitud debe ser intentar pasarlo cuanto antes porque esa situación anímica de debilidad entorpece SEGUIR ADELANTE.
    Si el sustituto anda corto de principios, peor para él y para la empresa que le encomienda una responsabilidad.
    Ánimo y a armarse lo necesario para volver a la batalla con mejores armas y fuerzas renovadas.

  • Sin duda el gran drama de nuestro país. Es hora sin duda de hacer piña y tirar hacia delante, porque de aquí hasta dentro de mucho parece que no nos saca nadie.
    Un Saludo

  • Y seguimos leyendo cada día que mas personas con talento se van quedando por el camino. Hoy Telefónica y mañana… En fin como bien dices hay que ponerse las pilas para sacar este país adelante porque los que mandan desde luego no lo van a hacer.
    Saludos

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