Cada día estoy mas convencida que el 2.0 sin el 1.0 no tendría sentido.
Contactar por medio de una red social y especialmente a través de Twitter o Linkedin, nos aporta cada día un montón de información, intentamos contribuir con nuestros conocimientos, la red nos permite expresarnos libremente, que debatamos sobre los temas que nos preocupan y nos informa puntualmente de todos los acontecimientos que están ocurriendo casi al instante.
El mejor ejemplo lo hemos tenido recientemente con el desarrollo de las primarias del PSOE. Los medios de comunicación tradicionales sacaron su información directamente de la red, los políticos que estaban fuera de España, se enteraron de los resultados a través de la plataforma antes de recibir los datos oficiales por sus propios partidos y cuando las TV, radios y periódicos quisieron contarnos que había ocurrido, los usuarios ya sabíamos como habían discurrido los acontecimientos.
Pero ¿que seria de este mundo virtual si no tuviera reflejo en el mundo real?
Cada día son mas los eventos que nacen alrededor de las redes sociales y no solo se trata de conferencias, charlas, presentaciones o simposios. Buscamos cualquier oportunidad para conocernos personalmente porque realmente el valor de lo que cada día nos aporta la red hay que reflejarlo en nuestra vida real.
Los perfiles existentes en las redes son de lo mas dispares pero, como en nuestra propia vida, cada uno nos vamos ubicando y uniendo con personas que son mas afines a nuestra forma de ser, a nuestra profesión, a nuestras aficiones.
Para poder descubrir quien es quien en la realidad, el mejor método es la desvirtualizacion, sea de manera individual o colectiva, porque en cada encuentro abres nuevos caminos y oportunidades para integrar a las personas en tu vida cotidiana. Es el momento para conocer de verdad a los que están al otro lado de la pantalla y lo difuso, lo no trasparente, lo inventado sale rápidamente a flote, del mismo modo que lo claro y lo real consolida las relaciones
Hemos de aprovechar de la red la oportunidad de acceder a personas con las que difícilmente podríamos contactar hasta ahora: políticos, periodistas, actores, músicos, cantantes… se dan cita en la red y algunos de ellos dejan de ser inaccesibles porque aquí no hay cargos, ni puestos, ni títulos, detrás de los perfiles solo encontramos personas (los que son inaccesibles, es decir los conocidos como «guruses» al menos a mi no me interesan, ni en el mundo real ni en el virtual).
Y no nos equivoquemos, precisamente porque son personas y están intentando ser accesibles desde la red, no se les puede ni debe perder el respeto, se este o no de acuerdo con sus ideas, pensamientos o afirmaciones, una cosa es debatir y otra muy diferente saltarse a la torera la educación y las normas de la buena convivencia. Si no somos capaces de respetarles, ahora que los tenemos a golpe de click, terminaran por desaparecer del entorno y habremos dado un paso atrás, perdiendo la posibilidad de llegar a la persona que hay detrás y el valor que nos puede aportar.
Si las marcas fueran conscientes de lo importante que es el acercamiento personal a los consumidores, realmente no se plantearían si el uso del Social Media sirve o no para algo. La percepción que tenemos sobre las mismas cambia radicalmente cuando se humanizan, cuando pones cara y ojos a una persona que la representa. No se trata de solucionar todos los problemas de cada usuario (eso seria imposible), se trata de interactuar, de intentar dar una respuesta y al menos sentirse escuchado. Estoy convencida que marcas que participan en las redes y antes nos eran antipáticas o simplemente indiferentes, han conseguido cambiar nuestra percepción y ese valor es incalculable.
Cambiar el sistema es muy complicado, pero mejorar la percepción es realmente fácil. Solo hay que saber elegir a la persona/s que comunican y la representan
Hasta ahora mis experiencias de desvirtualizacion han sido sumamente positivas y enriquecedoras tanto a nivel personal como profesional y os animo a perder ese pudor que al principio nos paraliza.
Apúntate a los EatsandTwitts de otoño y lo experimentarás por ti mismo.
Aprovechar todas las oportunidades de desvirtualizacion, vuestra vida diaria y vuestra agenda os lo agradecerán.
Pues totalmente de acuerdo contigo, lo mejor es el cuerpo a cuerpo.
Creo que el espíritu de eats&tuits es ese, evento bien organizado y agradable donde los haya.
Muchas gracias Juana, es un placer tenerte por aqui.
Efectivamente es lo que intentamos, reunir a las personas para reencontrarse o conocerse y si ademas en estos encuentros surjen oportunidades de colaboracion entre las partes, bienvenidas sean.
Un abrazo
Totalmente de acuerdo. El 2.0 es un canal más pero el trato y la relación personal es fundamental e irremplazable. Enhorabuena por tus post!! Mil gracias!! 😉
Gracias a ti Jose Luis. No debemos perder el norte y aunque las redes nos han dado una grandisima oportunidad de ampliar nuestros contactos exponencialmente, hay que ser lo suficientemente habiles como para no quedarnos tras la pantalla.
Es imprescindible conocerse personalmente.
Un abrazo y un placer leerte por aqui
Me alegra leer un artículo sobre esta temática, casi coincidimos en tiempo en la misma reflexión y temía ser una especie de «pregonero en el desierto». Yo quizás ni tan siquiera llegaba a que la relación personal con el cliente ha de ser cuidada de antemano sino al uso correcto de herramientas tecnológicas básicas como el correo electrónico.
Parece algo nimio, sin embargo considero que causa un impacto tremendo, en sentido negativo, a las organizaciones, cuando te diriges a un info@una_empresa_cualquiera.com y no recibes ni tan siquiera una respuesta automatizada, como mínimo, aunque no es lo más deseable. O cuando accedes a una web corporativa y lees «última actualización 2007». O cuando accedes a su canal en Facebook y tienes 1.500 seguidores y 0 publicaciones. O cuando abren un foro donde hay un puñado de clientes quejándose y no aparece «ni dios» a responder.
Claro, luego encuentras empresas con esta filosofía tan «dejada» para con el cliente, tan desastrosa, pero se gastan 20.000 euros en un plan de marketing online. ¿Alguien lo entiende?
La red es muy grande, a veces es difícil digerir tanta información.
Saludos.
Hola Fátima! Está muy bien utilizar las redes sociales para conocer gente o hacer algún tipo de negocio, pero si eso no se plasma en nuestra vida diaria, sobre todo en la parte 1.0 no sirve de nada.
Totalmente de acuerdo contigo 😉
Totalmente de acuerdo, hay que saber dosificar, elegir y guardar lo que realmente es interesante y nos pueda ser útil.
Muchas gracias.
Saludos
Gracias Jorge, coincidimos en ser defensores que traer a nuestro mundo real a todas aquellas personas que creemos pueden ser interesante tras conocerlas en la red.
El networking ahora tan de moda con paciencia funciona.
Un saludo y muchas gracias
Hola Angel:
Muchas gracias por tu comentario en el blog.
Si las empresas fueran conscientes del daño que puede ocasionarles una falta de respuesta o simplemente, como bien apuntas tener desactualizada su web o su información, tomarían medidas sin dudarlo un segundo.
¿Cuántas veces nos hemos dado de baja o hemos dejado de consumir una marca por este tipo de comportamientos desidiosos? No saben el daño irreparable que están cometiendo en la mayoría de los casos.
Efectivamente en muchos casos aun siguen tirando el dinero de sus campañas de marketing por la ventana. ¿De que sirve hacer una magnífica campaña si después el producto es malo o la atención al cliente es un desastre?
Pero hemos de ser optimistas y pensar que estamos en el buen camino, poco a poco las marcas se están acercando al consumidor y eso ya se está demostrando en casos como los apuntados en mi otro blog. http://www.fmlopez48.wordpress.com
Un saludo
[…] Ha sido un periodo increíble de aprendizaje, de movimientos en la red, de desvirtualizaciones gracias por un lado a los #eatsandtwitts y por otro a la cantidad de gente increíble que estando en Madrid o viniendo de fuera, han hecho todo lo posible para encontrarnos y llevar el círculo del 2.0 al 1.0 porque el primero sin el segundo no es nada. […]