Tiempo de Semana Santa, tiempo de vacaciones, dejamos atrás el estrés del trabajo y nos disponemos a relajarnos un poco.
Muchos empezamos a disfrutarlas incluso antes de salir, solo con pensar en ellas nuestras mentes se transportan al lugar escogido, imaginando todo lo que haremos en el lugar de destino. Pero ¿pensamos en los que se quedan y no tienen la suerte de disfrutarlas?
Muchos salen pero no desconectan.
Que importante es esa palabra. Durante años, mis vacaciones fueran estivales, de Navidad, Semana Santa o puentes los pasaba pegada al móvil o al portátil.
A cada rato miraba la BB por si entraban mensajes, por si algo fallaba, por si me necesitaban… No pasaba un día sin recibir una llamada con alguna pregunta o «marrón» que surgía en mi ausencia. No, no somos imprescindibles, nadie lo es, pero parece que si nos llaman de nuestra empresa nos sentimos mas importantes.
Ahora lo veo en la distancia, que pena el tiempo invertido. Las vacaciones son para descansar, para disfrutar, para olvidarse de los problemas cotidianos. Hemos de acostumbrar a nuestro entorno de trabajo a nuestra ausencia.
Alguien me dijo en una ocasión: «El mejor jefe es aquel que no se nota su ausencia cuando se va de vacaciones» y es cierto, porque quiere decir que tiene un equipo preparado para afrontar los pequeños problemas que vayan surgiendo. Si una empresa se paraliza cuando salimos de vacaciones, nos sobran la mitad de los empleados.
He observado estos días a muchas personas hablar por su móviles en voz alta, para que se les oiga, para que todo el mundo sepa que mandan, que son importantes en sus empresas.
Vestidos tan solo con un polo, un bañador y zapatillas de esparto, caminando de arriba abajo a ras de piscina o al borde del mar, olvidando que sus familias no entienden por qué tan solo por unos días no pueden dedicarles toda su atención. Pero son ejecutivos, tienen un BMW, un Audi o un Mercedes y una casita en la playa. Algunos también un barquito y por supuesto no les falta una chica uniformada que les sirve el aperitivo y la comida en la terraza de sus bajos con jardín y pasea a sus hijos por la urbanización. Pobres, aun no saben lo que es la palabra desconectar.
Y los que no han salido ¿es porque son imprescindibles, o porque no pueden dejar sus puestos durante una semana? Eso es otro cantar porque muchos de ellos tienen miedo a perder el puesto de trabajo, en estos tiempos es un lujo pedir en las empresas tres días de vacaciones para unirlos a la Semana Santa y tomarse una semana entera de vacaciones.
Pero hay que entender que la gente tiene que descansar, dar aire a los pensamientos porque se necesita ser creativo, innovar y sin tiempo libre no hay mente que sea capaz de generar nuevas ideas. Demasiada preocupación por cuidar la silla.
Por último están los emprendedores, esa raza que yo llamo de valientes, que velan por sus propios negocios. Estos si que han sido privilegiados sin han podido salir de vacaciones porque es un síntoma de que las cosas están encaminadas, que todo va marchando.
Otros muchos han tenido que quedarse para enfrentarse a su día a día, a intentar luchar a pesar de todo para salir adelante y no pueden desconectar, es imposible porque las letras y los pagos se agolpan en la puerta. Que difícil es ser emprendedor en este país, cuantas trabas, cuantos impuestos y que pocas ayudas…
Los tiempos no están fáciles, pero para triunfar hay que desconectar de vez en cuando, limpiar la mente y vivir. Cuidar a nuestra familia y disfrutar con ellos, porque el que no lo entienda estará perdiendo el tiempo y la vida desgraciadamente es muy corta para no vivirla con intensidad.
Hola Fátima
Otra vez hablas con la voz de la sabiduría.
Pues si, hay muchos jefes que no saben dar vacaciones o no saben luego respetarlas.
No recuerdo haber negado nunca vacaciones a quienes me las han pedido, y es un orgullo…
Qué tontería rechazar vacaciones con estas explicaciones «no es buen momento…», ¿no?
Luego efectivamente las vacaciones no deben de tener de vacaciones solo el nombre. Son para disfrutar!!
Hace poco alguien me recordaba que nunca había oido a uno en su lecho de muerte decir «Qué pena no haber pasado más tiempo en la oficina»…
un saludo
Buenas amiga.
¡¡Cuanta razón tienes por desgracia!!
La clave la has dejado bien clara: ‘desconectar’.
No por irse a un lugar paradisíaco se va de vacaciones.
Uno mismo puede desconectar en su casa. Solo hace falta la voluntad de ello. Lo que ocurre es que realmente no se quiere desconectar, y yo creo que es por la necesidad de sentirse importantes.
Yo llevo 7 años ya sin ningun tipo de vacación. Pero si puedo, eso si, intento desconectar en mi casa.
Eso si que es importante y necesario.
Un beso
Hola Fátima!!
Me has hecho recordar vacaciones en la playa, días de fiesta intentando disfrutarlos en la piscina, cenas en casa con amigos…y siempre estaba pendiente del teléfono!! lo peor es que, muchas veces, somos nosotros mismos los que nos ponemos esa «obligación».
Hace 3 veranos estaba a punto de montarme en un tren camino de Cadiz cuando recibí un sms de mi jefe que decía «estás?», respondí con otro sms «NO» y apagué el móvil durante mi semana de turismo… a partir de entonces mi tiempo fuera del trabajo es MI TIEMPO y me cunde muchísimo más que antes.
Buena reflexión y muy cierta. El problema está en que para cuando alguien se da cuenta de eso ya ha invertido demasiado tiempo en «no desconectar». Pero nunca es tarde, verdad?
La verdad es que en este país es casi imposible la conciliación empresa-familia con la cultura que llevamos a rastras.
Y lo de los emprendedores, esto.. ejem.. sí, yo ya no sé el tiempo que hace que no desconecto de nada… pero espero que al final haya valido la pena.
Un abrazo
Buenas noches Olivier, Jose Luis, Carol y David. Veo que todos coincidimos con el planteamiento. Como bien dice David lo importante es darse cuenta tiempo, todos en algún momento hemos pasado por esa situación y visto desde fuera es realmente patético.
¿Algún dia seremos conscientes que trabajamos para vivir y no vivimos para trabajar?
Espero que si consigo con el tiempo montar mi propia empresa pueda desconectar de verdad como lo he hecho esta Semana Santa.
Muchas gracias por vuestra visita y vuestros comentarios siempre enriquecedores
Un abrazo
Hola Fatima:
Me ha gustado mucho tu articulo. Te hace pensar sobre lo realmente importante.
Si parece que has podido desconectar a juzgar por la sensibilidad que muestras en tu articulo y lo divertido de tus twits que sigo sin agobios en Twitter ( por desconectar).
Enhorabuena!!
Pues sí, yo soy de esas últimas que no han podido salir porque se lo guisan y se lo comen, las de las muchas trabas, muchos impuestos y pocas ayudas (qué gran definición de autónoma, Fátima!!).
Pero ya que no puedo, ni podré en un futuro próximo, desconectar una semana entera, me organizo de otra forma y desconecto cada día. Por las tardes, hay 3 horas que son única y exclusivamente para mi niña, y una más para los 3, cuando llega mi marido. En ese rato no hay móvil, ni mail, ni nada salvo contadísimas excepciones y siempre muy breves. A cambio de eso muchos días me dan las 2 de la mañana delante del ordenador, y el despertador suena a las 7 de lunes a domingo… pero a mi me compensa no tener que esperar a que sea sábado para dar un paseo en familia, me merece la pena saber que para mi hija, una tarde en el parque con mamá no es una ocasión especial, sino el mejor rato del día… de TODOS los días. Y cuando crezca, tendré ojeras de dormir poco, pero no tendré la preocupación de si pasé con ella el tiempo suficiente.
No es comparable a unas merecidas vacaciones, que también me hacen falta, pero de momento me conformo con ello!
[…] tras el verano de 2009, llegó Twitter y descubrir sus funcionalidades no ha dejado de entusiasmarme desde […]
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