Me acabo de enterar de la noticia «Delibes en estado de suma gravedad» y el alma se me ha encogido.
No le conocía en persona, nunca tuve la oportunidad de hacerlo, aunque me habría encantado.
Muchas veces le dije a su yerno (compañero de trabajo), que le traería los libros que he guardado desde los 14 años para que me los dedicara pero, durante los 13 años que trabajamos juntos, nunca encontré el momento de llevárselos. Cuando conocí a su hija tampoco me atreví a pedírselo y, aunque es encantadora, el no querer molestarle me lo impidió.
Mi primer contacto con Delibes como escritor fue cuando empecé 8º de EGB. La profesora de lengua y literatura, «la señorita Maribel» , desembarcó en la clase con el primer libro que me cautivaría en mi vida «La sombra del ciprés es alargada».
Hasta ese momento, nadie había conseguido despertar en mi el gusto por la lectura. Mi padre y una de mis hermanas eran lectores empedernidos y mi hermano mayor trabajaba en una editorial, pero nunca los libros me habían llamado especialmente la atención. La librería de mi casa contenía un montón de tomos encuadernados en piel, muchos de ellos incunables (estos últimos los descubrí cuando falleció mi madre y tuvimos que desmantelar la casa), pero nunca les había prestado la menor atención.
Maribel era impulsiva, progresista en sus ideas (cantábamos con ella en clase canciones de «Jarcha» en el año 75) y peleona, en un colegio de monjas francesas donde reinaba la disciplina militar.
Tras el primer libro vino la lectura del segundo » El camino» y un tercero «Mi Idolatrado hijo Sisi», que nos remontaba a tiempos de la guerra civil española y cuyo protagonista me llegó al alma. No me perdí la película que se estrenó al poco tiempo de leerlo.
A partir de ahí «la señorita Maribel» ya había conseguido que me enamorara del escritor y con 15 o 16 años pedía a todos que me regalaran algún libro suyo. Vinieron entonces » La Hoja Roja», «Las ratas» , «Cinco Horas con Mario» , del que lógicamente tampoco me perdí la obra de teatro del monólogo de Lola Herrera con una brillante interpretación, «el Príncipe Destronado» del que también se hizo una película (para mi gusto con poco acierto. Lo mejor un precioso niño de ojos azules como protagonista).
Y llegó «Los Santos Inocentes» dura crítica a la sociedad reinante con señoritos y servidores y el drama personal, muy bien retratado en la película interpretada magistralmente por Francisco Rabal y Alfredo Landa.
El último libro que leí de Miguel Delibes fue «Mujer de Rojo sobre fondo gris» una novela donde se toca literalmente el amor que sentía en la vida real por su mujer y su miedo a la muerte.
Es curioso que hace unos meses, en una reunión con un grupo que hicimos 9 amigas del colegio en FB, donde no nos conocíamos muchas de nosotras (somos de diferentes promociones), hablamos largo y tendido de «la señorita Maribel» y lo marcadas que nos dejaron sus debates y las lecturas sobre Delibes.
Me acabo de enterar que estás en tu último suspiro Miguel y me siento triste, pero te doy las gracias por haberme dejado el amor por la lectura y un montón de magníficos libros que aún me quedan por disfrutar.
Me gusta tu pequeño homenaje, tan personal y sincero.
Un gran escritor.
¡Qué bonito! 🙂
Entiendo perfectamente tus sentimientos, cuando te gusta un autor, cuando disfrutas con sus lecturas todo el mundo de sus creaciones pasa a formar parte nuestro mundo, de nuestros sentimientos, de ese otro mundo que enriquecen con cada letra, cada espacio y silencios compartidos. Cuando este ser creador de mundos desaparece una parte nuestra también se muere, afortunadamente siempre podemos releer y volver a vivir…………………no todo el mundo puede ser inmortal, ellos afortunadamente si lo son, dejan un legado de inmortalidad impreso en tapa dura.
Un post sincero y bonito. Felicidades Fátima, me gustan las cosas que se hacen desde el corazón. Un beso
Hola Fátima
“La sombra del ciprés es alargada” también fue el primer libro que me atrevi a leer… en español. Creo que es uno de los libros que mejor recuerdo. Cuando paso por Avila siempre busco 4 postes! Cuando alguien piensa que es mejor contentarse de poco para alcanzar la felicidad, siempre pienso en ese libro, etc etc…
Que descanse en paz y gracias por lo que nos ha dejado.
Emocionante tu post de hoy!! Sincero, intimista y tan, tan cercano, gracias por escribirlo
Delibes esta en su Cielo de campos, y perros. Junto a su querida Mujer de Rojo…
Preciosas tus reflexiones Fatimita. Leyéndote me doy cuenta que no he sido tan gran lector de Delibes, como creía: me has facilitado la pauta para meter más obras en el saco de lecturas pendientes.
Mis emociones mayores con Delibes las disfruté en sus descripciones de la naturaleza (Diario de un cazador, Con la escopeta al hombro,…). Siguiéndole, aún permanece en mi memoria el olor a las jaras y tomillos y la dureza del suelo en las mañanas de invierno. Aún siento vibrar el aire con las sacudidas huidizas del aleteo de la perdiz.
Delibes ha sido uno de los creadores a quien mas momentos de placer debo. Hizo que entrase en su prosa con una intensidad tal que me aislaba absolutamente del entorno real y vivía su historia, sus sensaciones, su vida.
Delibes fue también para mí un maestro de nuestro idioma español; ha sido sin duda el escritor que más términos me ha enseñado y el que con mas sencillez ha conseguido trasmitirme.
Hace años hice mi última lectura de él, en El Hereje. ¡Qué deleite! Voy a reelerlo.
Un beso
Gracias a todos por vuestros comentarios.
El reconocimiento al autor ha sido unánime y creo que tanto su ciudad natal Valladolid como España entera nos hemos unido en duelo.
Después de leer un centenar de magníficos artículos publicados en estos días, solo uno me ha parecido increible y es que muchos de los adolescentes de hoy que han sido encuestados, nunca han leido nada del autor. Lo peor es que muchos de ellos ni le habían oido nombrar.
Enfín me quedo con que al menos mis hijos han tenido la oportunidad de acercarse y disfrutar con su lectura.
A todos nosotros siempre nos quedará un tiempo para reencontrarnos a solas con él.
Un abrazo